Cuando se encendieron las luces de las farollas, 3.820 princesas se despedían con fugaces besos de sus príncipes en los fríos portales.413 esperaban ansiosas esa llamada que te mantiene en vela toda la noche, aunque a alguna nunca les llegara. Mientras 57 llamaban para preguntar "¿qué tal?" y alguna otra cosa que se les quedaba en el corazón.
1.974 llevaban todo el día en casa colgadas de internet para hablar con sus príncipes de muy, muy lejos.
512 estudiaban y memorizaban todo cuento de princesas que encontraban para despertar de su letargo. Porque si no eran princesas, ¿cúal era el protocolo de los cuentos de hadas para otros besos? ¿Necesitarían romper algún conjuro? Y 814 se quedaban llorando en el portal, en el rincón más oscuro para no explicar a sus madres el dolor que sentían porque a quien amaban se había ido para siempre.
Jovenes sapos se convertían en príncipes cuando se enamoraron de las 39 princesas más guapas de sus clases.
Y algunos niños soñaban con ser astronautas, bomberos o cazadores de dragones mientras los arropaban sus padres, esperando a esas 167 futuras princesas que soñaban con ser Cenicienta.
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